Puestos ambulantes representan un potencial foco de contagios por Covid-19.

PLAYA DEL CARMEN, Q.ROO, 17 de mayo.- Los puestos ambulantes que operan en diferentes calles de Playa del Carmen se han convertido en potenciales focos de contagios por el virus Sars-Cov2, toda vez que pasan por alto las medidas preventivas tales como la Sana Distancia, esto al registrarse altas concentraciones de personas que se congregan en estos sitios, lo que podría aumentar el riesgo de retornar al color rojo.

Desde que inició la pandemia hace un año en el país, las autoridades de los tres órdenes de gobierno han sido enfáticas en cuanto al apego a las medidas sanitarias preventivas, todo ello para evitar contagios por Covid-19, principalmente en lo que se refiere al uso obligatorio del cubrebocas, el uso del gel antibacterial y las medidas de Sana Distancia.

Sin embargo, en los diferentes puestos ambulantes que operan en la localidad, tal parece que la pandemia y el virus simplemente no existen pues sus propietarios permiten que la gente se aglomere, ocasionando que no se respete el espacio reglamentario para evitar el riesgo de contagios.

Tal y como se aprecia en las graficas, en los puestos ambulantes de alimentos que se encuentran sobre la avenida 25 y avenida Juárez, la clientela se aglomera para consumir alimentos, con lo que queda en evidencia que estos sitios son potenciales focos de contagios debido a la falta de protocolos y poca o nula supervisión de las autoridades sanitarias.

Ciudadanos refieren que este tipo de acciones solo contribuyen a que el semáforo presente una marcada tendencia para regresar al color rojo y con ello al confinamiento, pues por un lado la gente parece no darle importancia al riesgo al que se exponen, mientras los propietarios de los puestos ambulantes no se preocupan en aplicar los protocolos sanitarios, por lo que han centrado su atención en solo obtener ingresos a costa de la salud de los ciudadanos.

Del mismo modo, señalaron que la permanencia del color naranja del semáforo epidemiológico es un retroceso en la reactivación económica del sector gastronómico, y esto ha sido gracias a la inconsciencia e irresponsabilidad tanto de la ciudadanía, como de los propios ambulantes por no aplicar las medidas reglamentarias.